martes, 31 de marzo de 2020

Unas risas, que son buenas.

Quédate en casa.


Estas imágenes me han roto por dentro, la impotencia de un padre que al llegar a casa se ve obligado a rechazar a su hijo por temor a contagiarlo y rompe a llorar...
Un médico, uno de tantos de los que nos están cuidando ha sido pillado por la cámara en un acto tan espontáneo como doloroso.
Un niño, casi un bebé, que detiene su paso en seco ante el "no" de su padre, y se queda mirándolo sorprendido primero e incrédulo después.

Y tú, payas@ que recorres 5km para pasear a tu perro, o tú, que bajas cada día al super a comprar o te vas a uno y otro comparando ofertas, tú también que metes a los tuyos en el coche y te vas de fin de semana a la casa de la playa, también tú, que en tu afán de hacer deporte coges tu bici y te marcas la carrera del siglo, y tant@s y tant@s tús que nos estáis fastidiando a todos. 
Grabaros esta imagen en vuestra retina y poneros por un segundo en la piel de ese médico, de ese padre, de ese ser humano que está sufriendo por no poder abrazar a su hijo que va corriendo hacia sus brazos.

No podréis, seguro, porque vosotros sois desperdicio humano.

Dúo Dinámico - Resistiré.


Para todos los demás, os dedico este tema tan escuchado últimamente con todo mi cariño y admiración.

Soy - Marisol^.




SOY

Soy como el río que fluye tranquilo,
como el mar que estalla embravecido,
cual mariposa que se posó sobre el hilo,
soy como ese amor que tú ya has vivido.

Soy como el viento que revuelve tu pelo,
o el huracán que arrastra todo en su camino,
como el sol que te da su calor sin  celo,
cual rugir del rey de la selva y demás felinos.

Soy como el pan que te sustenta cada día,
o el trago amargo de aquel licor ladino,
la risa que te envuelve y contagia su alegría,
y de la rosa el dolor que te produjo su espino.

Soy la paz sosegada que te produce calma,
el torbellino que a su paso todo lo arrasa,
este amor maduro que sólo anhela tu alma,
y la pasión encendida cuando tú me amas.

©Marisol^ 2.011




Eres
Massiel

Eres por tu forma de ser conmigo lo que más quiero
Eres mi timón, mi vela, mi barca, mi mar, mi remo
Eres agua fresca donde se calma la sed que siento
Eres el abrazo donde se acuna mi sentimiento

Eres el regreso que cada vez más y más deseo
Eres la respuesta que no encontraba entre mi silencio
Eres mi ternura, mi paz, mi tiempo, mi amor, mi dueño
Eres lo que tanto quise tener y que en ti yo encuentro

Eso y más, y esas cosas que compartimos como un secreto
Para andar entregándonos sin temores lo que tenemos
Eso y más, ese amor que llevaste a mi como un viento nuevo
Eso y más, que callamos para vivir cuando llega el tiempo

Eres el anhelo a donde encamino mi pensamiento
Eres mi razón, mi mitad, mi fuerza, mi complemento
Eres la ternura que día a día me enciende el alma
Eres la verdad que me empapa toda como agua clara

Eso y más, esas cosas que compartimos como un secreto
Para andar entregándonos sin temores lo que tenemos
Eso y más, ese amor que llevaste a mi cómo un viento nuevo
Eso y más, que callamos para vivir cuando llega el tiempo

Eres, por tu forma de ser conmigo lo que más quiero
Eres mi timón, mi vela, mi barca, mi mar, mi remo
Eres agua fresca dónde se cama la sed que siento
Eres el abrazo dónde se acuna mi sentimiento

Eres el regreso que cada vez más y más deseo
Eres la respuesta que no encontraba entre mi silencio
Eres mi ternura, mi paz, mi tiempo, mi amor, mi dueño
Eres lo que tanto quise tener y que en ti yo encuentro

Eres, por tu forma de ser conmigo lo que más quiero
Eres mi timón, mi vela, mi barca, mi mar, mi remo
Eres agua fresca donde se cama la sed que siento

Fuente: Musixmatch
Autores de la canción: Jose Napoleon Ruiz Narvaez
Letra de Eres © Warner Chappell Music Mexico S.a. De C.v.,
Promotora Hispano Americana De Musica (pham)

lunes, 30 de marzo de 2020

Kafka y la Muñeca.



Un año antes de su muerte, Franz Kafka vivió una experiencia insólita. Paseando por el Parque Steglitz, en Berlín, encontró a una niña llorando desconsolada: había perdido su muñeca.
Kafka se ofreció a ayudar a buscar la muñeca y se dispuso a reunirse con ella al día siguiente en el mismo lugar.
Incapaz de encontrar a la muñeca compuso una carta “escrita” por la muñeca y se la leyó cuando se reencontraron:
- “Por favor no llores, he salido de viaje para ver el mundo. Te voy a escribir sobre mis aventuras ...“- Este fue el comienzo de muchas cartas.
Cuando él y la niña se reunían, él le leía estas cartas cuidadosamente compuestas de aventuras imaginarias sobre la querida muñeca. La niña fue consolada. Cuando las reuniones llegaron a su fin, Kafka le regaló una muñeca. Ella obviamente la veía diferente de la muñeca original . Una carta adjunta explicó:
-"mis viajes me han cambiado … “ -
Muchos años más tarde, la chica ahora crecida, encontró una carta metida en una grieta desapercibida dentro de la muñeca. En resumen, decía: -" Cada cosa que amas es muy probable que la pierdas, pero al final, el amor volverá de una forma diferente“- .

( Kafka y la Muñeca... La omnipresencia de la pérdida)


Risoterapia.

Pensar antes de hablar.


Lectura.


Sinceridad.


Confianza.


Meta.


Valentía.

Una luz en el horizonte. (Coronavirus en España)



NOTICIAS DE ÚLTIMA HORA DEL COVID19

Los últimos datos de la pandemia de coronavirus con más de 85.000 contagiados arrojan "una ralentización" en la expansión de la enfermedad

La pandemia de coronavirus está cerca de estabilizarse en Italia y en España, los dos países actualmente más castigados por esta grave crisis sanitaria. Así lo ha manifestado esta tarde el Director de Emergencias de la OMS, Mike Ryan. Aunque el número de muertos ha aumentado en las últimas 24 horas en 812 personas tanto en España como en Italia, la cifra diaria de nuevos casos se reduce de forma significativa. En nuestro país persiste además la preocupación por la desprotección del personal sanitario. Unos 12.000 de los 85.195 contagiados totales pertenecen a ese grupo.

EL MINISTRO DE SANIDAD, SOBRE EL CORONAVIRUS: "SI NO ESTAMOS YA EN EL PICO, ESTAMOS MUY CERCA"

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha asegurado que, con los datos conocidos este lunes de 6.398 nuevos casos de coronavirus y 812 fallecidos en las últimas 24 horas, "si no estamos en el pico, estamos muy cerca de él". Lo ha dicho en la rueda de prensa ofrecida a mediodía junto al ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska.

El titular de Sanidad ha afirmado que "con todas las cautelas posibles" se están dando los primeros datos de "estabilización y ralentización de la curva epidémica", un dato fundamental para liberar la presión que están sufriendo las UCI.


Además, Salvador Illa ha anunciado que transferirá del fondo de contingencia de los Presupuestos Generales del Estado unos 1.000 millones adicionales a las comunidades autónomas para los gastos que estas necesiten relacionados con la lucha contra la crisis del coronavirus. Esta cantidad se une a los otros 1.000 millones de euros que el Ejecutivo ya había destinado a las comunidades en semanas anteriores para reforzar sus servicios sanitarios.

domingo, 29 de marzo de 2020

En el atardecer de mi vida - Marisol^.


EN EL ATARDECER DE MI VIDA

En el atardecer de mi vida,
quiero ser gaviota,
y volar alto muy alto,
pero no tanto que te pierda de vista.

En el atardecer de mi vida,
quiero ser transatlántico,
de puerto en puerto ir,
pero atracar siempre a tu vera.

En el atardecer de mi vida,
quiero ser delfín,
arrastrar amigos agarrados a mi,
pero a tu orilla siempre volver.

En el atardecer de mi vida,
quiero ser caballo,
melena al viento, al compás de mi trote,
pero en tu heno me quiero dormir.

En el atardecer de mi vida,
sé que volar no sabré,
ni los océanos surcar podré,
sé que los mares no nadaré,
ni los campos jamás trotaré.

En el atardecer de mi vida,
sólo sabré mirarte, de frente y a los ojos,
volver siempre a tu lado, dormirme entre tus brazos,
y decirte alma mía, gracias por haber sido.

©Marisol^ 2.010


MIRANDO AL MAR
Jorge Sepúlveda

Bajo el palio de la luz crepuscular,
cuando el cielo va perdiendo su color,
quedo a solas con las olas espumosas
que me mandan su rumor.

Ni un lejano barquichuelo que mirar,
ni una blanca gaviota sobre el mar...
yo tan solo recordando la aventura que se fue,
la aventura que en sus brazos amorosos disfruté,
bajo el palio sonrosado
de la luz crepuscular.

Mirando al mar soñé
que estabas junto a mí.
Mirando al mar yo no sé qué sentí,
que acordándome de ti, lloré.
La dicha que perdí
yo sé que ha de tornar,
y sé que ha de volver a mí
cuando yo esté mirando al mar...

Bajo el palio de la luz crepuscular,
cuando el cielo va perdiendo su color.

Mirando al mar soñé
que estabas junto a mí.
mirando al mar yo no sé qué sentí,
que acordándome de ti, lloré.

La dicha que perdí
yo sé que ha de tornar,
y sé que ha de volver a mí
cuando yo esté mirando al mar...

Fuente: Musixmatch
Autores de la canción: Mercedes Amor Fariña

Tu camino.


En busca del camino.


Manual de supervivencia. (Desconocido)


El diario de Halim - Gaby Burgos.


Amistad.


Raíces.


La sal de la vida.



Un anciano maestro estaba ya cansado de escuchar las constantes quejas de su discípulo, 
así que pensó que debía enseñarle algo que le hiciera recapacitar.

Una mañana le pidió que le trajera sal y cuando regresó, 
el maestro le dijo que echara un puñado en un vaso de agua y que, 
a continuación se la bebiera.
¿Cómo sabe ahora el agua? preguntó el sabio anciano.
Muy salada, respondió el discípulo poniendo cara de asco.

Aguantándose la risa el maestro le indicó que repitiera la acción, 
pero en lugar de tirar la sal en un vaso lo hiciera en un lago. 

Caminaron sin prisas hacia un gran lago situado en medio de un vergel 
a las afueras de su aldea y cuando el discípulo cumplió la orden, 
el venerable maestro le pidió que bebiese.
¿A qué te sabe ahora? le preguntó.

A lo que el aprendiz le respondió:
Esta agua está fresquísima. No sabe nada a sal, es una delicia para el paladar.

Entonces el maestro cogiéndole las manos a su discípulo, le dijo:
El dolor de la vida es pura sal. Siempre hay la misma cantidad, 
sin embargo su sabor depende del recipiente que contiene la pena. 
Por eso, cuando te aflijan las adversidades de la vida, 
agranda el sentido de las cosas. 
Deja de ser un vaso y conviértete en un lago.

Un ratito de humor con Tricicle.

Homenaje para todos los que nos estáis cuidando.



Este es sin duda uno de los vídeos que más lágrimas consigue sacar de mis ojos, no sé si es por las luces, las sirenas, la duración del mismo, el mensaje..., sinceramente no lo sé y debo decir que tampoco me importa, simplemente me gusta y punto.
Últimamente tengo las emociones a flor de piel, lloro con mucha facilidad y estoy profundamente emocionada prácticamente el día entero; pero hoy quiero hacer mi pequeño y personal homenaje especialmente a todos los sanitarios, tanto médicos como enfermeras; ellos son los que más directamente y casi sin medios están luchando contra este bicho que se ha instalado en el mundo, para ellos va cada día a las ocho de la tarde mi más sincero aplauso; si ellos enferman ¿quién nos va a cuidar?.
Pero no quiero olvidarme que no son los únicos, ni mucho menos, todo el personal sanitario también: celadores, camilleros, ambulancias, limpiadores, coordinadores, médicos y enfermeras de los centros de salud, así como administrativos de todos ellos; personal de correos, tanto el que está en oficina como los carteros y repartidores en general; a los barrenderos y basureros, sin ellos no podríamos ni respirar; a todas las fuerzas de seguridad y al ejército; al personal farmacéutico; a todo el personal de supermercados, carniceros, pescaderos, reponedores, fruteros, cajeros, panaderos, limpiadores, sin su coordinación y sacrificio no podríamos rellenar nuestros frigoríficos; a los camioneros y transportistas, que algunos no tienen ni dónde poderse dar una ducha o tomar un café y son un punto muy fuerte para que nuestra vida continúe; al personal de banca y seguros, que siguen al pie del cañón; no me puedo olvidar de todo el personal de funerarias, trabajando muy de cerca con el bicho y sin protección en el mayor número de los casos; a todo el pequeño comercio, que siguen dándolo todo en cada barrio sin apenas reconocimiento y con muy pocas ganancias; a los estancos y quioscos, que siguen abasteciéndonos de nuestros vicios; al personal de compañías de luz, agua, gas, telefonía, que siguen consiguiendo que el mundo gire; a todas las personas que continúan trabajando, sean del sector que sean, pero que no se pueden quedar en casa; a nuestros gobernantes, centrales, autonómicos y locales, que están haciendo las cosas lo mejor que pueden y saben, aunque a veces se equivoquen y tienen además que lidiar con nuestras críticas; a todos los que seguramente me olvidaré, no porque no les agradezca, sino porque soy torpe y a veces no veo ni lo que tengo delante de mis propios ojos; a todas y cada una de las personas que con su sacrificio y tesón hacen que aunque confinados sigamos teniendo de todo en nuestras vidas para hacernos más llevadero este momento tan duro que nos ha tocado vivir.
No podemos olvidar que ellos también tienen familia y también sufren por su seguridad y la de los suyos. A todos, absolutamente a todos mi más sincero agradecimiento, muchísimas gracias por estar ahí para nosotros, por cuidarnos, protegernos y velar por todos nosotros aún cuando para ello estéis exponiéndoos vosotros. 
Millones de gracias a todos, mucho ánimo, mucha fuerza y mucha suerte en vuestra vida siempre.





GRACIAS A LA VIDA

Gracias a la vida que me ha dado tanto
me dio dos luceros que cuando los abro
perfecto distingo lo negro del blanco
en el alto cielo su fondo estrellado
y en las multitudes al hombre que yo amo.

Gracias a la vida que me ha dado tanto
me ha dado el oído que en todo su ancho
graba noche y día grillos y canarios
martillos, turbinas, ladridos, chubascos,
y la voz tan tierna de mi bien amado.

Gracias a la vida que me ha dado tanto
me ha dado el sonido y el abecedario
con él las palabras que pienso y declaro
madre, amigo, hermano y luz alumbrando
la ruta del alma del que estoy amando.

Gracias a la vida que me ha dado tanto
me ha dado la marcha de mis pies cansados
con ellos anduve ciudades y charcos
playas y desiertos, montañas y llanos,
y la casa tuya, tu calle y tu patio.

Gracias a la vida que me ha dado tanto
me dio el corazón que agita su marco
cuando miro el fruto del cerebro humano
cuando miro al bueno tan lejos del malo
cuando miro al fondo de tus ojos claros.

Gracias a la vida que me ha dado tanto
me ha dado la risa y me ha dado el llanto
así yo distingo dicha de quebranto
los dos materiales que forman mi canto
y el canto de ustedes que es mi mismo canto
y el canto de todos que es mi propio canto.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.


Fuente: LyricFind
Autores de la canción: Violeta Parra Sandoval
Letra de Gracias a la vida©Warner Chapell Music, Inc


sábado, 28 de marzo de 2020

Alejandro Sanz - El mundo fuera (Improvisación).

Vida.


Heridas.


Opinar.


El enojo.


Mi alma tiene prisa - Pedro Salinas



MI ALMA TIENE PRISA
(Pedro Salinas)

Conté mis años y descubrí que tengo
menos tiempo para vivir de aquí en
adelante, que el que viví hasta ahora.
Me siento como aquel niño que
ganó un paquete de dulces; los
primeros los comió con agrado,
pero, cuando percibió que quedaban
pocos, comenzó a saborearlos
profundamente.
Ya no tengo tiempo para reuniones
interminables donde se discuten
estatutos, normas, procedimientos y
reglamentos internos, sabiendo que
no se va a lograr nada.

Ya no tengo tiempo para soportar a
personas absurdas que, a pesar de
su edad cronológica, no han crecido.
Mi tiempo es escaso como para
discutir títulos. Quiero la esencia, mi
alma tiene prisa... sin muchos dulces
en el paquete...
Quiero vivir al lado de gente humana,
muy humana. Que sepa reír de sus
errores. Que no se envanezca,
con sus triunfos.
Que no se considere
electa antes de la hora. Que no huya
de sus responsabilidades. Que
defienda la dignidad humana. Y que
desee tan solo andar del lado de la
verdad y la honradez.
Lo esencial es lo que hace que la vida
valga la pena.
Quiero rodearme de gente, que sepa
tocar el corazón de las personas...
Gente a quien los golpes duros de
la vida, le enseñaron a crecer con
toques suaves en el alma.
Sí..., tengo prisa... tengo prisa por
vivir con la intensidad que solo la
madurez puede dar.
Pretendo no desperdiciar parte
alguna de los dulces que me
quedan... Estoy seguro que serán más
exquisitos que los que hasta ahora
he comido.
Mi meta es llegar al final satisfecho y
en paz con mis seres queridos y con
mi conciencia.
Tenemos dos vidas y la segunda
comienza cuando te das cuenta que
solo tienes una...

El colmo de la estupidez humana.



Últimamente, vemos continuamente mensajes de sanitarios, fuerzas de seguridad, mandatarios del gobierno, famosos, anónimos, gente de tu barrio, vecinos de tu escalera, familiares, niños, etc. pidiendo continuamente que nos quedemos en casa, que es la única forma de parar esta pandemia que nos tiene confinados en este momento y que se está llevando a muchos de nuestros seres queridos; yo que soy muy bien mandada y hago caso de las indicaciones que nos han dado, salgo una vez por semana a hacer la compra y recados que necesito, para no salir más en toda la semana.
Ayer, entre esos recados, me tocaba ir a la farmacia ya que tengo tratamientos crónicos y una vez al mes me toca reponer "provisiones"; pues bien, esperé fuera un ratito, ya que la farmacia que tengo más cercana es más bien pequeñita y había dos personas dentro; cuando entré me dirigí al mostrador, respetando la línea de distancia que hay marcada en el suelo, entregué mi receta y me puse a esperar mientras la farmacéutica fue a por mis "provisiones"; de repente me doy cuenta de la conversación que tiene la otra farmacéutica con la otra clienta que estaba en la farmacia, hablaban sobre una crema para la cara, que si era natural, que cuál era el contenido de ácido hialurónico, que si no sé qué, que si no sé cuánto, que tampoco es que me importe mucho la conversación ajena; pero observé el panorama: la famacéutica sin guantes ni mascarilla y la clienta aprovisionada de todo pero sin guardar la distancia debida con la primera; y venga a hacer preguntas, y venga a revolver en el expositor, y venga a marear la perdiz, que todo hay que decirlo, pero sin dejar respirar a la profesional.
Al final se fue sin comprar nada y con mala cara por las miradas que todos en el interior le estábamos dirigiendo.
Señora mía: no voy a poner en duda que las cremas para la cara son importantes, puesto que lo es el que nos cuidemos, pero ¿si no sabe qué crema comprar porqué no compra la de siempre y deja de molestar a quién tiene que trabajar y no se puede quedar en casa como usted? ¿por qué no se compra en todo caso la primera que vea sin alterar la seguridad de quién cómo en este caso, tiene un bebé de siete meses, marido y otra niña de tres añitos? ¿se aburre usted mucho en casa y no sabe qué hacer para remediarlo? muy sencillo señora mía, lea, escuche música, baile, vea televisión, llame a sus amigos y familiares, haga ganchillo, el pino con las orejas o utilice el satisfyer manual, pero no vaya a exponerse usted en primer lugar, y en segundo lugar, a quién no puede dejar de ir a trabajar y quedarse en casa como usted.
Respete y será respetada, de lo contrario, las miradas que tanto le molestaron son el prólogo de lo que realmente se merece.

Abdullah Khan: "He ido desde Afganistán a Sabadell pasando por Noruega, y sin pasaporte".

La historia de este joven afgano que huyó del Daesh forma parte del libro 'Els invisibles', que recoge las vidas de 31 inmigrantes afincados en Catalunya.
Si el Daesh, el Estado Islámico, está en tu barrio, tu vida corre peligro. Importa muy poco que los intentes combatir o no, que les busques las cosquillas o intentes hacer las cosas a tu manera. Si están cerca de ti, tienes más números para hacer alguna cosa que les moleste y, si eso pasa, sabes que no hacen prisioneros. En mi casa lo sabemos de primera mano. Por eso me largué. Tenía 16 años y nunca había dejado Shergah. Mi padre se llamaba Awal Gul y era agricultor. Por las mañanas, iba al campo a sembrar, arar o recolectar, y por las tardes trabajábamos juntos en la tienda de móviles que teníamos en el mercado de Shergah. Era un negocio que funcionaba bastante bien y permitía a mis padres poder alimentarnos. Podemos decir que vivíamos bien. El 22 de febrero del 2015, cuando cerrábamos la tienda, nos encontramos con dos hombres a los que no conocíamos y que nos pidieron si los podíamos acoger en casa. Mi padre, que era una persona bondadosa, me envió a comprar la cena mientras él los acompañaba a casa y, cuando volví, había un montón de policías delante de la puerta. Venían a detener a los desconocidos que habíamos acogido. Nos explicaron que eran dos presos fugados que cumplían condena por pertenecer al Estado Islámico y se los llevaron. A nosotros ni nos interrogaron. Tal vez esta desidia de la policía fue nuestra condena. No habían pasado ni 10 días cuando el jefe del Daesh del barrio, con el que no habíamos tenido nunca problemas, vino a hacernos una visita. «La policía pilló a mis dos compañeros por tu culpa», recuerdo que le dijo a mi padre. «Si dentro de una semana no han sido liberados, pagarás por lo que has hecho». Y no sirvió de nada que jurásemos y prometiéramos que no teníamos nada que ver. El 9 de marzo, cuando salíamos de casa para ir a la mezquita, hubo una fortísima explosión en la puerta de casa. Mi padre murió en el acto, y mi madre y yo quedamos gravemente heridos. Las heridas que teníamos mi madre y yo eran excesivas para los recursos de la ciudad más próxima, Jalalabad, de manera que nos trasladamos al hospital de Peshawar, en Pakistán, donde pudieron extraernos los trozos de metralla que teníamos en el cuello, los brazos y las piernas. El ojo izquierdo, sin embargo, no me lo pudieron salvar. Habían pasado demasiados días y había perdido demasiado líquido, así que lo único que hicieron fue operarme y ponerme un ojo artificial. Cuando estuve recuperado, me propuse volver a abrir la tienda en el mercado de Shergah. Al cabo de dos semanas de abrir, mientras estábamos cenando en casa, oímos una fortísima explosión en el pueblo y pusimos rápidamente las noticias. Tan pronto como ofrecieron imágenes de la explosión tuvimos claro que había sido en el mercado, y cuando nos acercamos para ver si la tienda había quedado afectada, comprobamos que, de hecho, la explosión había sido justamente en nuestro local. La mañana siguiente me marché a Pakistán y no paré de caminar hasta que estuve en Noruega. Pero ya llegaremos, a mi camino. Mi familia también se fue al cabo de poco tiempo. Era un horror.
Muertos en el desierto y náufragos en el Mediterráneo.
Una vez en Pakistán, pasé un mes y medio durmiendo en la calle y los parques y las mezquitas de Peshawar hasta que, con la ayuda de mi cuñado Tariq, pude organizar un viaje hasta Europa. Pasé de Peshawar a Baluchistán, la zona más occidental del Pakistán, escondido en el maletero de un coche y, una vez en la frontera con Irán, crucé el país caminando con un grupo de gente y un guía. En Turquía, viví como un esclavo. Trabajaba en una obra 16 horas al día y el empresario solo me pagaba seis. Era peligrosísimo lo que hacíamos, mucho más que el trayecto a Pakistán, porque Irán es implacable con la inmigración ilegal. Si nos hubiesen pillado en Irán nos habrían devuelto a Afganistán porque yo no tenía papeles. Vaya, es que todavía hoy puedo decir que no he tomado un avión ni he tenido un pasaporte jamás en mi vida. Fueron dos meses desde Teherán hasta la frontera turca. Cuando tocaba caminar por el desierto, nos movíamos de noche. Solo nos movimos de día cuando tuvimos que cruzar montañas y cordilleras. No hace falta poner adjetivos a la experiencia, es suficiente con decir que tres de las 17 personas con las que compartía camino murieron durante el viaje, deshidratadas por el calor o congeladas por el frío de las noches, que eran terribles. Yo los vi morir a los tres, y aún no sé como sentirme.
Europa, peor de lo que habíamos imaginado.
Pasamos cuatro o cinco meses en Turquía, no lo recuerdo muy bien. Lo que no olvido es que viví como un esclavo los últimos meses. Trabajaba para un empresario georgiano que se aprovechaba de que no tenía absolutamente ninguna posibilidad de encontrar trabajos legales y que tampoco hablaba turco. Cada día trabajaba en la obra 16 horas, y solo nos pagaba seis. Estábamos en Estambul, y eso pasaba a la vista de todo el mundo y a nadie le importaba. No podríamos quedarnos demasiados meses, era evidente, de manera que empezamos a buscar agentes que nos pudiesen ayudar a cruzar la frontera, y encontramos a un hombre experimentado. El problema era que solo lo podíamos hacer por mar, ya que la entrada terrestre a Europa era imposible. La noche que habíamos de cruzar hacia Grecia nos subimos a un bote sencillo de plástico. No conté los que éramos, ni me importaba, pero me conmovió ver que a mi alrededor había muchos niños. La travesía duró horas y horas y lo único que veíamos era el agua y las montañas de la costa, ningún lugar donde poder desembarcar. Estábamos agotados y muertos de miedo y muchos de mis compañeros empezaron a beber agua de mar. De repente, hubo una explosión debajo de nosotros. El bote de plástico había estallado. Cuando empezaba a hundirse y el agua entraba por todas partes, apareció una lancha de la policía. Nos salvaron la vida y tuvimos una suerte que muchos otros no han tenido, lo sé. Así fue mi llegada a Europa. La primera parada fue un campo de Atenas, pero no pasamos allí ni 10 días. Rápidamente nos trasladaron a Macedonia del Norte en autobús. La policía nos recibió y nos metió en un tren hacia Serbia y, de allí, primero a Croacia y más tarde a Austria y después a Múnich, en Alemania, desde donde, ahora sí por mi voluntad, tomé un tren hasta Copenhague, en Dinamarca. Cruzando el puente que la separa de Malmö, llegué a Suecia. Su policía tardó un día en localizarme para enviarme a Estocolmo, la capital, donde hay un centro de refugiados, pero un buen hombre se compadeció de mí antes de que entrara y me pagó un billete hasta Oslo, en Noruega, que era mi destino. Por primera vez desde mi huida pude hablar con mi madre. Descubrí que vivían como refugiados en Pakistán y me quedé más tranquilo. Ahora me tocaba enviarles dinero y creía que estaba en el mejor lugar. Desde el principio había querido llegar a Noruega porque sabía que era donde tratan mejor a los refugiados. Me equivocaba. Cuando pedí a los policías una protección para refugiados, me llevaron a un centro para refugiados menores de edad. Llegué a la mayoría de edad en ese centro y, cuando por fin fui adulto, se me denegó la petición de asilo y me dijeron que tenía 15 días para abandonar el país o sería deportado a mi país de origen. El recorrido hacia el sur pasó nuevamente por Suecia, Dinamarca y Alemania, pero esta vez añadiendo Bruselas y Valence (Francia) hasta que llegué a Barcelona el 30 de mayo del 2017, dos años después de haberme ido de Afganistán. Me dirigí a la ONG Accem para solicitar protección internacional y me derivaron a la Cruz Roja. Ese mismo verano me dieron una plaza en el programa para los que queríamos asilo por «amenazas graves contra la vida o la integridad motivadas por una violencia indiscriminada en situaciones de conflicto internacional o interno». Catalunya como final de trayecto, de momento me encanta Barcelona y estoy a gusto en Catalunya. La gente me parece más agradable que en Córdoba, donde aprendí español y donde pasé 11 meses. Me fui porque una buena mujer de Noruega que me cuidó mientras estuve allí me había dado el contacto de una amiga suya que vivía en Sant Cugat. Confié en ella y me ha salido bien. Por eso me he quedado a vivir en Sabadell. Aunque es argentina siempre la he considerado mi «madre catalana» o mi «madre de Sant Cugat», porque me abrió las puertas de su casa y, tan o más importante que eso, me ayudó a encontrar trabajo. Para alguien acabado de llegar es muy complicado ganarse la confianza de una empresa. Menos mal que mi madre catalana me ayudó. Entre sus amistades estaba el encargado del KFC que hay en la Rambla de Barcelona, el Kentucky, le llamamos. Es un hombre pakistaní que podía entender perfectamente mis dificultades y supo ver lo que el resto de empresas no podían o no querían ver. Detrás de un refugiado puede haber alguien que trabaje bien. He conocido a muchos refugiados, desde que vivo aquí y siempre que me ha sido posible les he ayudado a encontrar trabajo. Pocas cosas me han hecho más feliz, porque mi religión es ser humano. Tan pronto como tenga el permiso de residencia me haré un pasaporte para poder ir a visitar a mi familia y, si puedo, me gustaría que vinieran a Catalunya.
Historia recogida por Pau Farràs. Fuente: elPeriódico.




Tu Enemigo

Bajo la sombra gris de otra montaña
bebiendo sin permiso de otro río
alimentando al monstruo de la rabia
tu enemigo.
Que viene a tu país a profanarte
que pisa la ciudad sin tu permiso
que sacará tus cosas de la calle
tu enemigo.
Si estos idiotas supieran
que yo soy el hombre más rico del mundo así
viviendo de tus abrazos
olvidaron, que el hombre no es más que un hombre
que tus manos son mi bandera
y que tengo de frontera una canción.
No me preguntes para qué he venido
pregúntate mejor cómo has llegado
puede que seas el hijo de algún hijo de un esclavo.
Ven y háblale de frente a tu enemigo
culpable del amor, trabajo y tierra
culpable de vivir en el camino
por tu guerra.
Si estos idiotas supieran
que yo soy el hombre más rico del mundo así
viviendo de tus abrazos
olvidaron, que el hombre no es más que un hombre
que tus manos son mi bandera
y que tengo de frontera una canción.
Si estos idiotas supieran
que yo soy el hombre más rico del mundo así
viviendo de tus abrazos
olvidaron, que el hombre no es más que un hombre
que tus manos son mi bandera
y que tengo de frontera una canción.
Una canción.
Una canción.
Fuente: LyricFind
Autores de la canción: Pablo Lopez Jimenez
Letra de Tu Enemigo © Ediciones Musicales Clipper's, S.L., Unipablo



Un poco de humor.

Última hora COVID19 (Fuente: El País).

EL NÚMERO DE CONTAGIADOS EN EL MUNDO SE DOBLA EN UNA SEMANA Y SUPERA LOS 600.000.

 España registra 832 muertos en 24 horas, lo que supone un récord en el número de víctimas en un solo día, por encima de los 769 de los que se informó ayer. En total, 5.694 personas han perdido la vida hasta ahora en el país, mientras que 72.248 se han infectado, 8.189 más que ayer. Esto supone un incremento del 12,7%, cuando ayer fue de un 14% y anteayer un 18%. 40.630 personas han necesitado hospitalización, 4.575 han ingresado en UCI y 12.285 se han curado, según el último balance del Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas. Este sábado, el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, ha informado de la llegada de un cargamento de 1,2 millones de mascarillas al aeropuerto de Barajas, mientras que un avión militar ha despegado desde Zaragoza en dirección a Shanghái (China) para recoger material sanitario. En el mundo, se han doblado los contagios en solo siete días. Más de 607.000 personas se han infectado, según la Universidad Johns Hopkins, mientras que más de 28.000 han fallecido. En Italia han perdido la vida 969 personas en las últimas 24 horas, la mayor cifra de víctimas en un día –tanto en el país como en el mundo– desde que comenzó la crisis. El balance italiano es de 9.134 defunciones y 86.498 contagiados. EEUU es el país más golpeado en número de infectados, por encima de los 100.000, y cuenta más de 1.500 muertos. La Cámara de Representantes estadounidense aprobó este viernes un paquete de estímulo fiscal valorado en 2,2 billones de dólares (1,98 billones de euros, en torno al 10% del PIB), tres veces más que el puesto en práctica en 2009 tras el estallido de la crisis financiera.

André Rieu - And the waltz goes on (composed by: Anthony Hopkins).

Garabatos - Marisol^.


GARABATOS

Allí estaba sentada,
allí como siempre si la buscabas,
en su rincón favorito,
en lo alto de la colina,
sobre el verde prado sentada,
y mirando a su mar hipnotizada.

Allí estaba ora sentada, ora tumbada,
disfrutando de los rayos de sol, 
que sus cabellos doraban,
y su fina piel amablemente tostaba;
tan pronto leía y releía,
los bellos versos de Bécquer,
Neruda, Benedetti, o a saber,
a quién el turno tocaba ese día.

Tan pronto su cuaderno llenaba,
de palabras del alma, de su alma,
que sin dueño estaba, al que tanto añoraba;
mirando el cuaderno quedaba,
aquéllas hojas en blanco,
de cuadrícula perfecta dibujada,
tan en blanco como su mano,
que se negaba y negaba, 
y sólo garabatos pintaba.

Se volvía a tumbar, esta vez con su música
al oído, con su cuaderno abierto,
que las hojas volaba el viento,
al igual que las de su libro al revés vuelto;
robaba un rayo al sol, una ola al mar,
y cuándo menos lo esperaba,
en el cuaderno hojas y hojas llenaba,
de aquel su sentir, de aquel sin sentido,
que le ocupaba el alma, que le atravesaba el cuerpo.

Horas y horas, así la podías ver,
sin poder adivinar su pensar,
que iba y venía como las olas del mar,
que tan pronto embestía cuál bestia furiosa,
como sosegada quedaba en el latir de su corazón.

De repente y por sorpresa, su cuaderno cerraba,
mirando al mar, se quedaba,
a su música volumen le daba,
aspiraba hondo y profundo, para llenarse toda,
del olor y sabor de su mar,
muy despacito se levantaba,
y a paso lento, muy lento siempre caminaba.

Allí podías volver al día siguiente,
que seguro la encontrabas,
allí mirando al horizonte,
era dónde a solas se desahogaba.

©Marisol^ 2.010

Vivir en tus sueños.


Enemigos.


Inteligencia.


Carlos Gardel - Cuesta abajo.



Si arrastré por este mundo
la vergüenza de haber sido
el dolor de ya no ser
bajo el ala del sombrero
cuántas veces, embozada
una lágrima asomada yo no pude contener.

(Cuesta abajo - Carlos Gardel)

Lucía Gil - Volveremos a brindar.





Preciosa y emotiva canción de Lucía Gil, una rubia madrileña que canta como los ángeles, a la vez que es una excelente persona.

Imágenes también muy emotivas de lo que está haciendo España es estos momentos tan duros, pocas veces al verlas o escuchar la canción puedo contener mis lágrimas.

Bravo por todos, bravo por ti Lucía.

Gracias.


Vamos a construir molinos.


Comienza el viaje.

Es la madrugada del sábado 28 de marzo de 2020, no podía dormir, como tantas noches últimamente; y es que tanta inactividad me tiene los biorritmos alterados...
Estamos en pleno confinamiento de la crisis sanitaria más grande de nuestro tiempo, el coronavirus; estoy segura que no olvidaremos este nombre nunca, y entre tanto insomnio decidí comenzar este nuevo viaje; lo comienzo en solitario y espero a lo largo de esta travesía encontrarme con más viajeros que deseen cobijarse bajo "El ala de mi sombrero".